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Foto del escritorNuria Moreno

Si no hay conexión visual, no hay comunicación



Si no hay conexión visual no hay comunicación, es básico. ¿Cómo logramos esto ante cámara? Los presentadores de tv lo saben bien, hay que mirar al objetivo, detrás hay personas.

Si pudiéramos ver y tocar la conexión entre dos interlocutores, comprobaríamos que cuando no hay mirada no hay conexión. Los seres humanos tenemos la necesidad básica primordial de ser vistos. Cuando esto no se cumple, la energía cae, disminuye la atención y por tanto la presencia y el carisma del orador, se pierde el hilo de la conversación. En materia de comunicación, como en la vida misma, lo más importante es la calidad del vínculo, y esto no se consigue, en primer lugar, sin un contacto visual directo.

¿Qué es que tienen los buenos comunicadores? ¿Cómo logran una gran fuerza comunicativa? Veamos un ejemplo reciente de hace unos días con Javier Cárdenas en Hora Punta.

1) Conexión visual: Javier Cárdenas mira fijamente a la cámara, no desvía por ningún momento la mirada. Es una mirada franca, abierta, directa y no por ello penetrante, tiene fuerza, nos da energía, no podemos no mirarle, no seguirle. El vínculo está, sin ningún esfuerzo, sin apenas darnos cuenta. Es el quién está poniendo la energía.

2) Vocalización. Una dicción clara. Si queremos que nos entiendan y tenemos ideas claras hablamos con claridad. Lo contrario produce lo contrario. Es lógico ¿no? Es así de sencillo. La ley del mínimo esfuerzo tiene que regir para el que escucha. Javier Cárdenas, no solo vocaliza sino que además presenta una voz fuerte, que sin excederse nos está mostrando solidez y firmeza, y esto gusta. Nos da credibilidad y confianza.

3) Velocidad: la justa, ni muy rápido ni muy lento, es otro factor que nos pedirte seguir cómodamente al presentador.

4) Ritmo: un ritmo con vida, con frases que terminan ascendentes, preguntas, silencios, pequeñas aceleraciones. El cerebro no soporta la monotonía.

5) Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Cuanto menos nos enrollemos mejor. La concreción es el primer síntoma de una buen competencia práctica y de que no nos van a hacer perder el tiempo.

6) Expresividad facial, aunque no lo parezca a primera vista Cárdenas ladea la cabeza y muestra una alta expresividad facial, por ejemplo, vemos la microexpresión de asco cuando pronuncia la palabra “terroristas”. A nivel de la cara es fundamental no ser hieráticos. Todo lo que se mueve expresa, pues en este contexto, movimiento es sinónimo de emoción y emocionar de comunicar.

7) Manos, sus manos se mueven con soltura y acompañan en todo momento lo que está diciendo. Es un índice de coherencia interna entre lo que se piensa, lo que se siente y lo que se dice. Nos muestra el índice de involucración y compromiso.

8) Tronco: inclinación hacia delante mostrando interés. Se implica. Está comprometido. Está en lo que está al 100%.

9) Ante todo, soltura y naturalidad: a pesar de algún titubeo y prolongación de vocales, que podríamos considerar como leves fallos, esto no resta en absoluto a su poder comunicativo, ¿Por qué? 1) porque la conexión está hecha, estamos atrapados en la noticia y apenas lo detectamos, 2) porque en conjunto, resulta libre y natural, no se frena. Esto es fundamental, la perfección no tiene prioridad a la hora de comunicar. Nos podemos permitir hacer fallos, no pasa nada, todo lo contrario, lo perfecto crea distancia. Sin embargo, no nos podemos permitir que falte concreción y conexión.

En solo escasos segundos, Javier Cárdenas nos está mostrando que tiene, por una parte, una buena competencia práctica, es decir, firmeza, estructura, claridad y concreción, que nos transmiten confianza, seguridad y profesionalidad. Y por otra parte, una buena competencia emocional, Cárdenas logra la conexión a través de su mirada, voz, entonación, expresividad facial y acompañamiento de manos, proporcionándonos credibilidad y simpatía. Nos lo creemos y estamos a gusto. En conjunto, su mensaje resulta coherente. ¿Y cómo se aprende a ser coherente? La coherencia no se aprende, se es o no se es. Pero tanto para ser coherente como para comunicar bien, te diré que no basta con practicar, hay cosas que uno tiene que integrar y desarrollar. En cuestión de coherencia, el ser humano es incoherente por naturaleza, es lo que nos permite crecer y desarrollarnos, la cantidad de incoherencias que integramos. Cuanto más estamos en nuestro elemento, más coherentes nos volvemos. En el cuerpo esto se expresa con transparencia y carisma. Nos podemos permitir ser quienes somos y quitarnos las máscaras, y esto gusta y comunica. Los seres humanos somos máquinas de detectar incoherencias, no nos gusta que nos mientan. Cuantas menos incoherencias, mejor fluye la comunicación, en la vida real como en televisión.

¿Qué es lo que tienen los buenos comunicadores? ¿Cómo logran una gran fuerza comunicativa? Desarrollando una buena competencia práctica y una buena competencia emocional.

Nuria Moreno

Analista de Comunicación No Verbal


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